Hablamos del clima atlántico un fenómeno que me llamó la atención.
Clima atlántico en España
Paisaje de Entrambasaguas,
Cantabria, en la España atlántica
Bajo esta denominación genérica
se engloban los climas del norte y noroeste peninsular. Tienen en común el
hallarse bajo los efectos del mismo océano, pero la diferente latitud y la presencia
del relieve en las inmediaciones de la costa originan contrastes térmicos y
pluviométricos notables.
Clima oceánico templado húmedo
Clima de Santander (España).
(Cfb). Se extiende por la cornisa
cantábrica y la costa gallega, con una penetración anal el interior que apenas
supera, y no siempre, los 100 km. Entre los climas peninsulares ofrece el
régimen menos contrastado. Mes a mes se mantiene un ritmo constante en las
precipitaciones, humedad, temperaturas, insolación, etc.
Las precipitaciones son muy
abundantes y se sitúan casi siempre por encima de los 1.000 mm (Vigo 1791 mm,
Pontevedra 1595 mm, La Coruña 971 mm, Oviedo 964 mm, Santander 1198 mm, Bilbao
1.258 mm y San Sebastián 1.529 mm). Además de copiosas, las lluvias están muy
bien repartidas a lo largo del año, con un máximo en otoño-invierno y un mínimo
estival, aunque ningún mes recibe menos de 30 mm. Los 150-160 días de
precipitación anual suponen la presencia de lluvia un día sí y otro no, de
media. La intensidad de su caída es baja y recibe los nombres de chirimiri,
orballo, morrina y calabobos. En estas condiciones, la humedad relativa es alta
(80-90%) durante todo el año.
Las temperaturas medias son
suaves pues oscilan entre los 12° de Lugo y los 14° de Vigo, pasando por los
13° de San Sebastián y los 14,1° de Gijón. La media de enero no baja de los 6°
y la de julio no supera los 20°, lo que nos da una amplitud térmica entre
9-11°, la más baja de la Península. Los veranos son a su vez, lo más suaves de
toda España, siendo muy raros los periodos de calor extremo que sí son
frecuentes en otras zonas del país.
Las heladas son poco frecuentes
en esta franja costera (menos de 10 días al año). Sorprende, sin embargo, que
Galicia vaya a la cabeza entre las regiones peninsulares por los días de
granizo, que tienen lugar durante el invierno como fruto de tormentas de origen
frontal. Los granos de hielo son de tamaño reducido (5 mm) y sus efectos
destructivos están muy lejos de los originados en otras zonas como la Mancha,
el valle del Ebro o la costa del Mediterráneo.
Existe una clara diferencia entre
la cornisa cantábrica y el noroeste gallego. La primera, abierta tanto a las
advecciones del norte como a las del noroeste, es algo más fresca que la
segunda y su cielo aparece cubierto de nubes con mayor frecuencia. Sin embargo,
la llegada de los vientos húmedos del sur, tras cruzar la Cordillera
Cantábrica, eleva las temperaturas de finales del invierno y comienzos de la
primavera debido al efecto föhen. Esta es la explicación de las máximas
absolutas en la costa durante los meses de febrero (Gijón 28,8° y Bilbao 26,6°)
y marzo (Gijón 31° y Santander 30°).
La costa gallega ofrece un
régimen más lluvioso, con alguna excepción como La Coruña, y con menores
contrastes térmicos que la zona cantábrica por hallarse bajo los efectos de las
masas más cálidas y húmedas, arrastradas por los vientos del oeste y suroeste.
Clima oceánico
subtropical
Clima de Málaga (España).
(Csa). Las semejanzas con el
clima anterior no son muchas y se reducen a que también en este caso la presencia
del mar es determinante. Se extiende por la costa andaluza desde la
desembocadura del Guadiana hasta los llanos de Almería, penetrando unas decenas
de km hacia el interior.
Las precipitaciones se mueven
entre los 462 mm de Huelva y los 685 mm de Tarifa, tienen carácter invernal
(noviembre-marzo) y son traídas por los vientos del oeste y suroeste.
Disminuyen paulatinamente hacia el noreste y el factor orográfico es
determinante, pues logra acaparar grandes volúmenes en las primeras
estribaciones de las Cordilleras Béticas. Los días de lluvia oscilan entre los
40 del Golfo de Cádiz y los 80 de Tarifa y la intensidad horaria ha llegado a
rebasar los 300 mm/día en la costa del Sol. Este aspecto sí que marca una
diferencia profunda con respecto al norte, al igual que los días de granizo,
que en el sur no pasan de tres.
Las temperaturas medias anuales
son de 18°. El mes de enero está en torno a los 11º y no presenta una
diferencia marcada con el norte (10,2° en Vigo y 9,8° en Santander). No ocurre
lo mismo en el mes de julio, pues las cálidas temperaturas norteñas se
transforman en calurosas en el sur (25°), donde la amplitud térmica (14°) es
todavía muy moderada.
En esta enumeración de semejanzas
y contrastes entre ambos climas de influencia oceánica hay que destacar sobre
todo las diferencias veraniegas. Mientras el norte queda bajo la influencia del
frente polar, pródigo en lluvias, el sur pertenece a las bajas presiones
subtropicales, lo que se traduce en olas de calor y sequía casi absoluta: 10 mm
en Huelva, 14 mm en San Fernando de Cádiz, 12 mm en Tarifa y 13 mm en Málaga a
repartir entre los meses de junio, julio y agosto. En este mismo periodo La
Coruña recibe 121 mm, Pontevedra 138mm, Gijón 151 mm, Santander 212 mm y San
Sebastián 303 mm.
Clima oceánico de transición
Clima de Badajoz (España).
(Csb). Este es un buen ejemplo de
la ausencia de límites precisos para acotar un clima. El oceánico de
transición, de invierno frío o semimarítimo según unos u otros autores, posee
características tanto del dominio oceánico como del continental. La influencia
oceánica se traduce en unas precipitaciones todavía abundantes, por encima de
los 800 mm, y de carácter invernal. El influjo del continente se hace sentir en
los fríos invernales, con varios meses por debajo de los 6º de media. Cuando se
traspasan las cumbres cantábricas hacia la vertiente sur (sotavento), las
lluvias descienden por debajo de los 600 mm, se eleva algún grado la
temperatura media del mes más cálido y aumenta la amplitud térmica con respecto
a la costa.
El clima oceánico de transición,
que también equivale a un continental suavizado, se extiende hacia el interior
como una franja paralela del oceánico húmedo y del subtropical. Por tanto hay
que distinguir en él dos ámbitos, el septentrional y el meridional.
El septentrional va desde el
interior gallego hasta los Pirineos occidentales y ocupa la provincia de
Orense, el sur de las provincias de Lugo, Asturias, Cantabria, Vizcaya y
Guipúzcoa y el norte de las provincias de León, Palencia, Burgos, Vitoria,
Navarra, La Rioja y Huesca. El relieve es un factor determinante: las
características descritas se refieren a las tierras que no superan los 600-700
m de altitud, porque las zonas más elevadas van adquiriendo rasgos de un clima
de montaña. También marcan notables diferencias la orientación de las laderas y
la ubicación de algunos valles abiertos a la advecciones atlánticas, como
sucede en la comarca de El Ribeiro en el valle del Miño, con medias en el mes
de enero por encima de los 7º. También pueden darse influencias del interior
continental y algunos rasgos de montaña fruto de la altitud, como es el caso de
Reinosa en la cabecera del Ebro, con unas temperaturas muy bajas en invierno y
un mes de enero con medias en torno a los 3º.
El meridional abarca el sur de la
provincia de Badajoz, es decir, las tierras altas de la margen izquierda del
Guadiana y una pequeña porción de la orilla derecha al norte de la capital. La
penetración de los vientos atlánticos se realiza sin dificultad alguna, lo que
conlleva unas precipitaciones en tomo a los 700 mm y de carácter invernal,
característica ésta que lo asemeja con el anterior. Las diferencias estriban en
que el ámbito sureño es 2 - 3° de media anual más cálido y sufre cuatro meses
de sequía frente a uno, y no siempre, en la zona norte.
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Clima_atl%C3%A1ntico_en_Espa%C3%B1a
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