De nueva cuenta, me apetece traer un artículo relacionado con la asignatura de economía. Este trabajo estará relacionado con la subida al poder de Donald Trump, un tema polémico cuantos menos. Analizaremos como afectará la presidencia de este hombre a la economía española y mundial.
“Si
Trump se impone, a corto plazo creemos que podría
desencadenarse un movimiento de huida del riesgo debido al mayor nivel de
incertidumbre que se asocia a su figura”, sañalan
desde Fidelity. “No debería subestimarse la importancia
del resultado de las elecciones presidenciales en EE UU”, advierte Sophie
Chardon, estratega de inversión en Lombard Odier. “El
carácter perturbador de una
posible presidencia de Trump lo convierte en un aspecto crucial desde el punto
de vista de la confección de las carteras de inversión”,
añade. Steen Jakobsen
economista jefe de Saxo Bank, tiene, en cambio, una visión
más provocadora y señala
que ningún candidato será
mejor presidente que otro: “Si Clinton gana, la probabilidad de una recesión
aumenta inmediatamente. Si Trump triunfa, llegaremos rápidamente
a una agitación política
masiva”.
El
8 de noviembre no solo se elige presidente en EE UU, sino que también
habrá cambios en el Congreso: la Cámara
de Representantes se renovará por completo; mientras que
en el Senado elegirá a un tercio de sus miembros.
Actualmente, ambas instituciones están en manos republicanas. “Más
importante que el nuevo presidente será la configuración
del Congreso. El impacto económico de las elecciones
dependerá mucho de su color”, señala
Didier Borowski, responsable macroeconómico de Amundi. De los tres
escenarios dibujados por la gestora francesa, al que menos probabilidades
asignan es a una victoria de Trump con el apoyo de las dos cámaras
para sacar adelante todo su programa “dada la falta de apoyos incluso en su
propio partido”. Si el empresario tuviese carta blanca, Amundi augura que EE UU
entraría en recesión,
el déficit americano se dispararía
“y la economía mundial crecería
menos de un 2%”.
Los
análisis históricos
revelan que la Bolsa estadounidense suele comportarse mejor con presidentes demócratas
—la rentabilidad media anual del S&P 500
durante mandatos del partido del burro es del 14,7%, frente al 5,4% de los
republicanos—, aunque ello se ha debido principalmente al momento en el que se
han producido. A pesar de que los efectos macroeconómicos
y sobre los mercados son, en general, discutibles, lo que sí
parece evidente es que las políticas de los presidentes sí
tienen influencia en el comportamiento de los diferentes sectores económicos.
Tanto
Clinton como Trump han prometido un generoso plan de infraestructuras en caso
de ser elegidos. Esto quiere decir que el sector de la construcción
se verá beneficiado en Bolsa sea uno
u otro presidente. Esta es, sin embargo, de las pocas coincidencias. “Clinton
es más progresista en inmigración,
lo que beneficia a sectores con altos niveles de trabajadores indocumentados,
sobre todo la agricultura. Es firme defensora del medio ambiente lo que
favorece al negocio de las energías limpias. También
defiende un fuerte incremento del salario mínimo y
eso es malo para la restauración y la hostelería.
Quiere impedir aumentos injustificados de los medicamentos, lo que es
perjudicial para algunas farmacéuticas y quiere dar
continuidad al Obama Care, lo que sería beneficioso para
proveedores de servicios médicos y seguros”,
resumen en Fidelity.
Impacto
sectorial
En
el caso de victoria de Trump, Sophie Chardon, de Lombard Odier, recuerda que
los principales temas en la campaña del republicano sugieren
buenos resultados en el parqué para las grandes farmacéuticas
por la derogación del Obama Care, para las
acciones de los bancos (por el desmantelamiento de la Ley Dodd-Frank que surgió
tras la crisis para proteger al ahorrador), para las empresas del sector de
materiales (por la imposición de aranceles al acero
chino) “y para las compañías
tecnológicas por la oferta de amnistías
fiscales para la repatriación de beneficios obtenidos en
el extranjero”. Trump también ha
abogado por duplicar el peso del gasto militar en el PIB, lo que favorece a los
contratistas de Defensa y a los fabricantes de armas. Su política
de inmigración y de comercio, sin embargo,
sería perjudicial para las
empresas de los mercados emergentes.
En
renta fija, un triunfo de Clinton también sería
la mejor opción para los analistas. “El
mercado probablemente pondría en precio una subida de los
tipos de interés de la Reserva Federal en
diciembre. En el caso de victoria de Trump aumentaría
la aversión al riesgo lo que traería
rentabilidades menores en el mercado de deuda pública
y mayor debilidad para los bonos corporativos, sobre todo en los de menor
calidad”, destaca Anthony Doyle, de M&G. En las
divisas, hay unanimidad acerca de que si Trump vence el dólar
se fortalecería, con un impacto negativo
muy severo para el peso mexicano y el dólar canadiense por sus
amenazas proteccionistas.
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