sábado, 12 de noviembre de 2016

Este artículo estará relacionado con la materia de geografía. En concreto, de la fauna española actual.

En la península ibérica es posible encontrar especies desaparecidas en otras regiones europeas. Es debido a que históricamente ha sido un territorio escasamente poblado si se lo compara con países como Alemania, Gran Bretaña o Italia, todos ellos de menor extensión, y a la tardía industrialización, que hizo que el declive de numerosas especies y la extinción de algunas otras fuera un fenómeno documentado a lo largo del siglo XX. También hay que destacar la gran cantidad de especies presentes debido a la influencia de la fauna africana (camaleón común, tortuga mora, corredor, erizo moruno, jineta, calamón, meloncillo, etc.).


Entre los grandes carnívoros destacan dos especies desaparecidas de buena parte de Europa Occidental: el oso pardo, que sobrevive en la cordillera Cantábrica y en ciertos enclaves pirenaicos, y el lobo ibérico, subespecie endémica de la Península. Aunque el carnívoro más emblemático es sin duda el lince ibérico, el félido más amenazado de todo el continente europeo. Mucho más numerosas son las poblaciones de gato montés, de zorro rojo y las de algunos mustélidos: el tejón, el turón y la comadreja; algo menos numerosas son las de nutria, marta y garduña. Los vivérridos están representados por la jineta; y los herpéstidos, por el meloncillo.

Los herbívoros están representados por especies bastante extendidas, como algunos cérvidos: el ciervo común, el gamo y el corzo. Hay poblaciones endémicas de cabra montés y reductos pirenaicos y cantábricos de rebeco. También está ampliamente extendido el jabalí.

Tienen una buena representación varias especies mediterráneas de insectívoros: musarañas (Crocidura russula, Suncus etruscus), musgaño de Cabrera, topo ibérico, el raro desmán de los Pirineos; roedores: ardilla roja, lirón careto, topillos; lagomorfos (destacan endemismos como la liebre ibérica y la liebre de piornal), quirópteros (Myotis capaccinii, Myotis myotis, Pipistrellus pipistrellus, Tadarida teniotis, nóctulo común, Hypsugo savii) y algo menores de pinnípedos y cetáceos.

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El número de especies de aves en la península Ibérica es muy elevado en comparación al de otras faunas europeas. Esto es debido no sólo a su posición geográfica o a su diversidad regional y de biotopos, sino también al hecho de que diferentes especies propias del norte europeo o del África subsahariana invernan o nidifican en varias zonas de la Península. Además es posible el avistamiento de otras muchas que utilizan el estrecho de Gibraltar como paso de sus migraciones entre Europa y África.

Entre las grandes rapaces destacan carroñeros como el amenazado buitrenegro o el quebrantahuesos. Más abundantes son las poblaciones de alimoche y buitre leonado. También en peligro se encuentra la emblemática águila imperial ibérica. En las montañas y bosques españoles aún habitan poblaciones de gavilanes, azores, elanios, alcotanes, águilas reales, calzadas, perdiceras, culebreras, esmerejón, halcón peregrino, halcón abejero,... En las llanuras cerealístas se dan los aguiluchos, los ratoneros, milanos negros y reales. En pueblos y ciudades habitan cernícalos y lechuzas. También hay poblaciones de águila pescadora, búho real, búho chico, lechuza campestre, cárabo, autillo, mochuelo.

 
Águila imperial ibérica.

Los numerosísimos passeriformes cuentan con especies significativas, como el gorrión moruno. Los córvidos también están bien representados: urraca, arrendajo, graja, corneja, cuervo, rabilargo, chova piquirroja, chova piquigualda, grajilla. El abejaruco y la carraca revelan la cercanía del continente africano a la Península una vez más.

Los Ciconiiformes cuentan con un variado conjunto de ardeidos (garza imperial, garza real, garcilla bueyera, garceta común, garcilla cangrejera, garza blanca, martinete común) y dos especies significativas: la abundante cigüeña blanca y la menos frecuente cigüeña negra.

Las llanuras cerealístas y los parajes semiáridos de las estepas ibéricas son el hábitat de la avutarda, el sisón, la ganga, la ortega y el alcaraván. En Canarias, principalmente en Lanzarote y Fuerteventura, habita el corredor y la hubara.


Las costas y ríos albergan a una gran variedad de limícolas, láridos, cormoranes y anátidas. Aquí hay que señalar la relevancia de especies como la gaviota de Audouin, la pardela cenicienta, el paíño europeo, la focha cornuda, los araos y alcas, etc. Las anátidas cuentan con especies comunes como el ánade real, ánade friso, cerceta común, ánade rabudo, porrón pardo, el pato cuchara, y otras más escasas como el tarro canelo o el tarro blanco.

Sin contar las observaciones accidentales o raras, la avifauna de la península consta de 352 especies, de las cuales dos son endémicas (águila imperial) y el rabilargo ibérico, nueve se encuentran globalmente amenazadas de extinción, siete fueron introducidas por el hombre y una más fue reintroducida tras haberse extinguido en la zona.




 
Lagarto gigante de El Hierro.

Reconstrucción de la extinta tortuga gigante de Tenerife, Geochelone burchardi.
La diversidad se dispara al sumar la fauna rica en endemismos de las islas. Son exclusivas de Canarias las palomas de la laurisilva (Columba bollii; Columba junoniae), la tarabilla canaria (Saxicola dacotiae), la hubara canaria (Chlamydotis undulata), el mosquitero canario (phylloscopus canariensis), el reyezuelo de Tenerife (Regulus teneriffae) y el pinzón azul con dos especies (Fringilla teydea) de Tenerife, y en Gran Canaria (Fringilla polatzeki); también existen subespecies de cernícalos, herrerillos, pájaros picapinos... y una subespecie de guirre (Neophron percnopterus majorensis) presente en Fuerteventura y Lanzarote.

Entre los mamíferos endémicos destacan entre otros el murciélago orejudo canario (Plecotus teneriffae) que habita en las islas de Tenerife, La Palma, El Hierro y posiblemente en La Gomera. Es también endémica de Fuerteventura y Lanzarote la musaraña canaria (Crocidura canariensis) y la Crocidura russula osorio, una subespecie de musaraña gris endémica de Gran Canaria.

No hay anfibios endémicos en Canarias, están introducidas por épocas históricas la rana de San Antonio (Hyla arborea) y la rana de Pérez (Rana perezii), los reptiles están bien representados con un importante número de endemismos entre los que se cuentan el perenquén (Tarentola boettgeri) de las cuales presentan las subespecies Tarentola boettgeri boettgeri de Gran Canaria y la de El Hierro Tarentola boettgeri hierrensis y las especies endémicas como son el perenquén de Delalande o perenquén de Tenerife (Tarentola delalandii) endémicas de Tenerife y La Palma, la Tarentola angustimentalis o perenquén majorero, propio de Lanzarote y Fuerteventura y por último el perenquén de La Gomera (Tarentola gomerensis), también destacamos las diversas especies del género Gallotia, como los amenazados lagartos gigantes de El Hierro (Gallotia simonyi), el lagarto gigante de La Gomera (Gallotia bravoana) el lagarto canario moteado o lagarto gigante de Tenerife (Gallotia intermedia), el lagarto gigante de La Palma (Gallotia auaritae), el lagarto gigante de Gran Canaria (Gallotia stehlini) y el lagarto de Haría (Gallotia atlantica) propio de Lanzarote y Fuerteventura; por último destacamos a las especies del género Chalcides, estas se encuentran en todas las islas con excepción de La Palma, cuenta con dos especies endémicas, el Chalcides sexlineatus o lisa grancanaria o también llamada lisa variable, es propia de Gran Canaria; y el Chalcides viridanus o lisa dorada, endémica de Tenerife, La Gomera y El Hierro.


Como muchas islas y archipiélagos del mundo, en las Islas Canarias también se dió el denominado Gigantismo insular. Entre las especies gigantes extintas destaca el lagarto gigante que habitaba Tenerife y posiblemente La Gomera llamado Gallotia goliath, el cuál habitó desde el Holoceno hasta el siglo XV y que se extinguió debido a las acciones de los humanos.2 Dicho espécimen podía alcanzar una longitud de 120 a 125 centímetros. Entre los mamíferos extintos destacan los roedores llamados: Canariomys bravoi3 y Canariomys tamarani o ratas gigantes de Tenerife y Gran Canaria, de las cuáles, la primera de ellas podía alcanzar el tamaño de un conejo. También destaca entre las especies extintas, las tortugas gigantes de Tenerife y Gran Canaria: Geochelone burchardi y Geochelone vulcanica respectivamente. Se trataba de tortugas terrestres de gran tamaño, similar a las que actualmente se encuentran en algunos archipiélagos oceánicos como las islas Galápagos en el océano Pacífico y las islas Seychelles en el océano Índico.

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